lunes, 8 de marzo de 2010

Santificado sea tu nombre





¿Has pensado alguna vez que consecuencias trae a tu vida el tomar el nombre de Dios en vano?
En mi lectura de la Palabra de hoy, me llamó mucho la atención el texto que dice:
No tomarás el nombre del Señor tu, Dios, en vano, porque no dará por inocente el Señor al que tome su nombre en vano. (Éxodo 20: 7)
... vrs.18 Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. al ver esto, el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado. 19 Entonces dijeron a Moisés:
--Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.


Al poder imaginar como Dios se relacionaba con su pueblo a través de Moisés, y si yo formase parte del pueblo, se me estremece todo el corazón poder oír estas palabras.
Aunque estos tiempos que corremos no son los mismos que los tiempos de Moisés, estas palabras retumban en nuestro corazón al recordarla por medio de la lectura de su Palabra.
La ventaja que tenemos los cristianos es que en nosotros está el Espíritu Santo que nos ayuda a poner en práctica las enseñanzas que recibimos de la Biblia, el temor se convierte en respeto por Dios y lo que nos enseña en su Palabra, para que no nos desviemos de sus caminos. Gracias a Dios por su Espíritu que habita en nosotros que nos da las fuerzas necesarias para obedecer su Palabra.
Querido amigo prosigue a la meta como dice la Palabra:
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir de aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Espero que esta publicación de hoy haya sido de mucha bendición para tu vida que el Señor te bendiga ricamente en Cristo Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar · Me gusta