¡¡Gracias a Dios por la provisión y el sustento que nos dá
cada día!!. Dios hace que la tierra sea fértil y dé el fruto para que el hombre lo recoja. Pero antes de que esto suceda el hombre es el encargado de labrar, sembrar, regar y cuidar de la tierra, para que Dios dé el crecimiento de la semilla hasta que podamos obtener de la más rica variedad de alimentos con los que podemos llevar a la mesa y disfrutar del resultado de nuestro trabajo.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces. Santiago 1:17
¿No es que partas el pan con el hambriento...? Isaías 58:7