viernes, 9 de abril de 2010

Lleno de consolación

(Salmos 107:9 LBLA) Porque El ha saciado al alma sedienta, y ha llenado de bienes al alma hambrienta.


(Romanos 15:13 LBLA) Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.


(2 Corintios 7:4 LBLA) Mucha es mi confianza en vosotros, tengo mucho orgullo de vosotros, lleno estoy de consuelo y sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción.


Perdidos, hambrientos, sedientos, exhautos, esos herrantes que tipifican a los israelitas del exilio. Pero también simbolizan a cualquiera que no ha encontrado la satisfacción que proviene de conocer a Dios.
 Cualquiera al reconocer que está perdido, puede recibir el ofrecimiento de Jesús y satisfacer sus necesidades. Jesús es el camino (Juan 14:6), el pan de Dios que descendió del cielo (Juan 6:33,35), el agua viva (Juan 4:10-14) y el que nos da descanso (Mateo 11:28-30). ¿Ha recibido usted todo esto?
Jesús conoce nuestras carencias cualquiera que sea, físicas o facultades mentales, él quiere satisfacer "el alma cansada" (Jeremías 31:25). Jesús comprende la necesidad del hombre, y nos llena y construye. Todo aquel que se acerca a Jesús, no se despide de él con las manos vacías, él se niega a que nos vayamos con las manos vacías, (Mateo 15:32).



Si venimos con sinceridad y le traemos lo que somos, sin tratar de justificarnos, él sabrá reparar nuestras vidas arruinadas.

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