lunes, 5 de abril de 2010

¡Para usted, mi prójimo!

Juan 4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a El, y El te hubiera dado agua viva.


Yo sé de su necesidad de paz y justicia, que aspiras al bien, a su deseo de ayudar a los demás, aunque también eres tentado a obrar mal. Su vida alguna vez le ha parecido no tener sentido, llena de altibajos, esperanzas y decepciones; alguna vez el pasado le ha agobiado y el futuro la ha asustado... Le falta la seguridad y no sabe si la verdad existe.
Usted opina que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Pero también sabe que esto no trae la felicidad... Yo no soy mejor que usted, pero me dirijo a usted porque eres mi prójimo, crecano a mí. Tengo un noticia maravillosa que quiero compartir contigo, la cual transformó mi vida y puede transformar la suya. Hace casi 2000 años que alguien dió su vida para salvarnos a mí y a usted. Jesucristo es su nombre, él murió y resucitó por nosotros. Y tengo la certeza de que un día le veré y viviré eternamente, de que Dios me ama y me ha perdonado y estaré con él en perfecta felicidad. Él es mi Padre, y sé que que él también quiere selvarle a usted porque le ama. El desea su felicidad presente y eterna.



Si aún no le has conocido, le invito a que lo hagas, lea la Biblia, él le quiere hablar a través de ella. El desea una relación con usted, como la de un padre a su hijo, no una religión.
Venid a mí, el Salvador dice
A los que tienen sed;
Venid y de la célica fuente
De salvación bebed.

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